¡Menuda sorpresa con el sexo del bebé!
El tema de saber el sexo del bebé siempre lo he llevado con mucha intriga, parece que necesito saberlo para elegir un nombre e imaginarme con ese bebé en mis brazos. Después pienso en todas esas familias que esperan al momento del nacimiento para conocer de sorpresa el sexo de su hijo, sinceramente, debe ser muy emocionante, ¡pero yo no sería capaz!
En este post me apetece contaros la sorpresa que nos llevamos al descubrir el sexo de nuestro bebé y los dolores de cabeza para elegir un nombre, ¡no nos poníamos de acuerdo!

¿Conocéis el método Ramzi? Es un método creado por el doctor Saad Ramzi el cual se basa en predecir el sexo del bebé según donde esté ubicada la placenta y las vellosidades coriónicas. Según he leído, tiene mucha fiabilidad, un 97%, aunque según mi experiencia es más bien un 50%.
Lo curioso de este método es que se puede saber el sexo a partir de la semana 6 con una simple ecografía. ¿Cómo? Te lo cuento ahora mismo:
Cuando en una ecografía vaginal (si es abdominal se vería al revés) se ve la placenta o las vellosidades coriónicas en la parte izquierda, el embrión tiene cromosomas XX, por lo tanto sería una niña. Si al contrario, la placenta o las vellosidades coriónicas están en la parte derecha, el embrión tiene cromosomas XY, por lo tanto sería un niño.

La verdad es que este método acertó con Pequeña Lectora y confiaba mucho en él. Así que cuando me hicieron la primera ecografía de este bebé, lo tuve claro, ¡era otra niña! El método Ramzi me decía claramente que iba a tener otra hija (lo que yo quería).
Pero claro, siempre te queda esa dudilla de «¿y si el método falla esta vez?», lo he visto fallar con varias amigas, por lo que yo tenía claro que no era 100% fiable, aunque yo quería creer que conmigo sí. Así que estuve pensando que era niña con ciertas dudas, hasta la semana 12 que me hicieron la primera ecografía por la seguridad social. En esas ecografías no suelen arriesgarse en decir el sexo, es todavía muy pronto y hay muchas probabilidades de que fallen. Pero cuando estábamos casi al final de la ecografía, la ginecóloga me dijo: «No tires la ropa de tu hija», os podéis imaginar mi sorpresa cuando me dijo que le parecía niña en un 70%. Ahí sí lo tuve claro, era una niña, ¡segurísimo!
Ya llevábamos un tiempo barajando nombres. Mi marido y yo nos queremos mucho, nos complementamos, pero tenemos gustos totalmente contrarios, ¡somos polos opuestos! Os podéis imaginar el follón para ponernos de acuerdo con los nombres…! A él le encantan los nombres vascos, a mí los catalanes, así que ningún nombre nos gustaba a los dos.
También entraba en juego Pequeña Lectora, para mí era muy importante que fuese ella quien eligiera el nombre del bebé (uno que nos gustara a todos, claro). Nos pasamos semanas diciendo nombres y nombres, y pensando quién iba a ser la persona que cediera, porque ninguno nos bajábamos del burro.
El nombre que más dolores de cabeza nos daba era el de niña. A mí me gustaba Sara o Noa, pero sobre todo Sara. A mi marido le encantaba el nombre de Helena, y Pequeña Lectora estuvo un tiempo diciendo que Sara, pero en el fondo se decantaba más hacia Helena. Así que yo intentaba llevarme a mi hija hacia mi terreno, pero como quería que ella lo eligiera, sabía que terminaría cediendo y poniéndole Helena al bebé.
De niño lo teníamos bastante claro, básicamente porque yo no batallé demasiado pensando que iba a ser una niña. Yo quería Pol, me encanta ese nombre, pero tanto mi marido como Pequeña Lectora querían Julen. Sobre todo mi hija, estaba completamente enamorada de ese nombre, tanto, que quería que fuese un niño para poder llamarlo así. Total, que pensé «como va a ser una niña…».
En la semana 16 íbamos a ver a nuestro bebé con una ecografía 5D que nos harían en Vine’m a veure. Elegí ese centro porque me pareció muy original y divertido el juego que hacían al desvelarte el sexo del bebé. La verdad que salí muy contenta y los recomiendo 100%, super atentos y profesionales en todo momento.
Os estaréis preguntando por el juego que nos hicieron. Durante la ecografía, la chica se fijó en el sexo del bebé, pero no dijo nada. Entonces al terminar nos dio dos globos, uno azul y otro rosa (o blanco, a veces cambian el color), uno de ellos estaba pinchado. Mi marido cogió el azul y yo el rosa (claro, yo quería inflar el que iba a ser). La sorpresa vino cuando al soplar los dos a la vez, cada uno su globo, el azul se inflaba y al mío le costaba, ¡se le estaba escapando el aire! No podía ser, ¡era un niño! Ese momento quedó grabado, nuestra cara de no creer lo que estaba pasando está grabada como un recuerdo de lo más gracioso. La verdad que fue una experiencia super bonita y divertida y todavía me río cada vez que veo el vídeo que nos grabó la chica de Vine’m a veure.
Aquí podéis ver el famoso vídeo de los globos. A mi me encanta el final y lo contenta que se pone Pequeña Lectora de que sea un niño.

Así que sí, vamos a tener un niño (confirmado ya en la ecografía de las 20 semanas) que se va a llamar Julen. Pequeña Lectora está tan contenta que eso me hace a mí la mamá más feliz del mundo. Tampoco penséis que yo me puse triste al saber que era un niño, me costó unos días asimilarlo, sobre todo porque me había imaginado millones de veces con otra niña en brazos, pero estoy muy contenta con nuestro futuro chiquitín.