Ideas de juguetes de madera para juego desestructurado

En este post me gustaría hablaros sobre el juego desestructurado y enseñaros los juguetes de madera que tiene Pequeña Lectora. ¡Juguetes con los que juega muchísimo!

Cuando vio el arco iris Waldorf en una tienda, se enamoró de él. Tenía unos dos años, y jamás me preguntó para qué servía, simplemente jugó y jugó. Sin embargo, tanto papá, como los abuelos, me preguntaban extrañados para qué servían esos arcos de madera. ¡No entendían a qué podría jugar la niña con ese juguete! No tenía instrucciones, no se movía ni cantaba, no tenía luces. Según ellos, no servía para nada, y se aburriría de ese juguete en un día.

Arco iris de la marca Little Viking Toy

Cuando Pequeña Lectora pidió el arco iris a los Reyes Magos dudé, sinceramente, no son juguetes muy económicos y no sabía si lo amortizaría. Pero confié en mi instinto y en ella, ¡ya que era lo que pedía!

Todavía me emociono cuando veo su cara de felicidad al abrir su tan esperado regalo. Pequeña Lectora tenía dos años y medio y desde entonces hasta ahora, a sus casi 4 años no ha dejado de jugar con el arco iris.

¿Qué diferencias hay entre juego estructurado y juego desestructurado?

Los juegos estructurados tienen un fin en sí mismos, se utilizan con unas reglas, unas normas, unas instrucciones. Sirven para algo en concreto, un aprendizaje. Un ejemplo de este tipo de juego puede ser un puzzle de los de toda la vida. En casa utilizamos mucho el juego estructurado, tenemos muchos juegos de mesa, puzzles y demás juegos en los que Pequeña Lectora sigue unas pautas. Pero este tipo de juego no deja libertad para que el niño cree. No deja paso a la imaginación de los más pequeños.

Para eso tenemos el juego desestructurado, con el que el niño tendrá total libertad para crear, para jugar como más le apetezca. No existe un fin con el que aprender algo en concreto. Así que como yo les dije a mi marido y a mis padres, el arco iris sirve para todo, para todo lo que se le pueda ocurrir a Pequeña Lectora.

Con el arco iris hemos jugado a pasar obstáculos, hemos hecho corazones con los que quitando una de las piezas se desmonta de una manera fantástica. También hemos hecho barcos para llevar a la familia Pig, creaciones bonitas, casitas de muñecas, torres altas…

¿Qué otros juguetes desestructurados tenemos en casa?

Tenemos unas muñecas rusas y unas bellotas que compré en color madera para pintarlas yo misma. Lo quise hacer de manera que no fuese tóxico. Después de mucho buscar por internet, las pinté con acuarela y las enceré con una mezcla de cera de abejas y aceite de oliva. La verdad que cuando lo compras hecho queda mucho más bonito, ¡pero quise probar!

Después compré unos nins con una especie de vasito para meterlos dentro. Esta vez no me arriesgué, y lo dejé tal y como los compré, en color madera.

Tenemos también un puzzle de colores con el que podemos hacer construcciones, o lo que se nos ocurra. Son unas piezas preciosas que no pesan mucho.

De la marca Little Viking Toy

Otro juguete que nos encanta y usamos muchísimos son 6 nins que vienen con un barco. Éstos ya venían pintados en color pastel y ¡son realmente preciosos! Pequeña Lectora los usa muchísimo, sorprendentemente, juega más con los nins que con el barco (que es algo más estructurado y con más sentido).

Nins y barco de la marca Oursiwood

Tenemos también la famosa tabla curva. La probó en una tienda de juguetes de las que tienen showroom y ¡quedó impresionada! Esta vez, papá, que ya conocía el juego desestructurado, quiso que los Reyes le trajeran a Pequeña Lectora esta tabla de madera. Es un juguete caro, pero confié en los miles de juegos que podría crear con ese trozo de madera curvado. ¡Y no me arrepiento ni un solo día! La tabla curva ha sido una nave espacial, un balancín, una cunita, un puente, una casa, un taburete, un tobogán, una cómoda cama en la que leer cuentos…

Tabla curva de la marca Xelakids

Nos han mandado La casa del árbol de Ticumiku para que podamos probarla. Son 27 tronquitos de madera de diferentes alturas y diámetros y 2 bases de madera para poder crear los pisos de la casita o lo que se os ocurra.

Es un material 100% natural, la madera está sin tratar, sin tóxicos. Directamente del bosque a casa, para que los niños y niñas puedan sentir que tienen un trozo de bosque en casa con el que poder sentir la naturaleza de una manera totalmente sensorial. Varios de los troncos vienen con la corteza intacta y el musgo, por lo que no está recomendado para peques que puedan meterse los juguetes en la boca, hay peligro de que se pueda desprender algún trozo pequeño de corteza o madera.

Es un juego con el que trabajamos la coordinación óculo-manual y la motricidad fina. Reconozco que para montar la casita he tenido que trabajar mucho por ensayo y error, probando las diferentes medidas y el equilibrio para que las bases de la casita no se cayeran. Por lo que es perfecto para diferentes niveles de dificultad en el juego.

Os quiero enseñar también un par de juguetes artesanos que nos mandaron desde ArtFaig, una mamá carpintera que hace unas cosas maravillosas para que los niños y niñas jueguen con un material natural y exploten su lado más creativo. Hacen juguetes grandes como caballitos, trineos o más pequeños como casitas de madera, cámaras de fotos, bolsas de los tesoros, coches, apilables…

A nosotros nos mandaron un coche de madera de gran tamaño para Bebé Lector perfecto para animarle a gatear y a perseguirlo mientras su hermana le invita a hacerlo con el coche. Es muy suave y las ruedas giran muy bien.

A Pequeña Lectora le mandaron el juego de el tres en raya en un tamaño grande también. A ella le encanta jugar a ese juego y seguro que al chiquitín le encantará encajar las piezas redondas que trae el juego. Las piezas se pueden pedir con los dibujos y colores personalizados, ¡todo a mano!

Los juguetes de madera son tan versátiles que un tres en raya nos puede servir para el juego de mesa, juego desestructurado sin mas o un encajable para los más pequeños. Estoy enamorada de estas dos maravillas de ArtFaig.

Lo que nos gusta mucho hacer es sacar todo el repertorio de juguetes y jugar con todo a la vez. Se pueden crear infinidad de juegos e inventar muchas historias.

Evidentemente, cada niño/a es un mundo, no os puedo decir «estoy segura que vuestros hijos jugarán con estos juguetes», pero sí os puedo hablar desde mi experiencia. El dinero ha quedado más que amortizado, Pequeña Lectora disfruta mucho y hace que su imaginación vuele.

Lo que sí os recomiendo, es que si queréis ver a vuestros hijos jugar con ellos, los ofrezcáis a partir de una edad razonable. Si le das un nin a un bebé de meses o un año, lo más probable es que simplemente se lo meta en la boca. Aunque a su favor, debo decir que son texturas que el bebé descubrirá y disfrutará (¡¡siempre teniendo en cuenta que los tintes no sean tóxicos!!)

¿Vosotros también tenéis juguetes desestructurados en casa?